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  • Foto del escritorSantiago Restrepo

El hábito de perdonar

Actualizado: 13 abr 2022

El perdón no es algo de una sola vez, tiene que ver con la manera en la que vivimos cada día con nosotros mismos, y es por esto, que el perdón es un hábito, una forma de vivir.


Como todo hábito, aprender a perdonar requiere de práctica, como también, de tener algunas reglas muy claras acerca del perdón:

  1. El perdón no es con los demás, es con uno mismo.

  2. El perdón y la reconciliación no son lo mismo.

  3. El perdón no implica dejar de buscar justicia.

Antes de explicar estas tres reglas, quiero presentar dos definiciones de perdón:

"el perdón es un proceso mediante el cual las emociones, pensamientos y comportamientos negativos hacia un transgresor son reemplazados por emociones, pensamientos y comportamientos positivos" (Enright & Coyle 1998).
"el perdón es el proceso para hacer las paces con las partes de nuestra vida que no terminaron o resultaron como queríamos, es decir, es un proceso personal que no es acerca del pasado sino del ahora" (Alex H. S. Harris, Luskin F 2006).

Estas dos definiciones, nos presentan una mirada del perdón que tiene que ver más con nosotros mismos, la manera en la que asumimos las situaciones que nos han hecho daño en nuestra vida y que hubiésemos querido que sucedieran de otra manera, pero que ahora dependen de cada uno de nosotros, de nadie más.


Aprender a perdonar. Santiago Restrepo Barrera

El perdón no es con los demás, es con uno mismo.


Cuando analizamos con detenimiento la definición de perdón de Enright & Coyle, nos hablan de emociones, pensamientos y comportamientos que tenemos contra un agresor, y es precisamente eso lo importante, que nosotros tenemos, no son emociones, pensamientos y comportamientos que tiene alguien más o que tiene el agresor, y esto lo que quiere decir, es que depende de nosotros "por más difícil que parezca" buscar la manera de generar cambios en estas emociones, pensamientos y comportamientos, debido a que nadie más lo puede hacer por nosotros, nos pertenecen a cada uno de manera privada, y por lo mismo, tenemos la plena libertad de hacerlo.


Es así como el perdón tiene que ver con un suceso que ya pasó, que está en el pasado, y este suceso no lo podemos cambiar, lo que podemos cambiar es nuestra actitud hacia el pasado, la manera de mantenerlo en nuestras vidas como una historia que nos sigue haciendo daño, o como una historia con la que aprendimos a vivir y a aceptar.


Ejercicio rápido:


En este momento, mientras lees este texto, quiero que te sientes con mucha comodidad, respira profundo, y luego observa a tu alrededor. Ahora, responde a la siguiente pregunta:


¿En este momento, en este mismo segundo, no ayer, no mañana, justo ahora, alguien te está haciendo daño?


Ahora, intenta concentrarte en ti, siente tu cuerpo, siente el lugar en el que quizás percibas alguna presión o cosquilleo, presta atención a tu respiración, y ahora hazte la siguiente pregunta:


¿De qué depende, hoy, justo en este momento, que me pueda sentir mejor y que pueda tener pensamientos positivos?


Es importante que recuerdes que no puedes cambiar lo que ya sucedió, y por eso, estamos hablando del ahora, de este mismo instante. Vuelve a preguntarte, ¿De qué depende, hoy, justo en este momento, que me pueda sentir mejor y que pueda tener pensamientos positivos?


Tenemos la capacidad de sentirnos muy amargados y enojados, como también, de sentir mucha lástima por nosotros mismos cuando las cosas en la vida no van como queremos, y, aunque quizás no lo parezca, esta es una experiencia muy común. El perdón, nos permite hacer las paces con las partes de nuestra vida que no resultaron como queríamos, y esto nos permite vivir un presente con tranquilidad, y de entender que tenemos la oportunidad de vivir este momento, en este lugar, y poder decirnos a nosotros mismos, ¡justo ahora estoy bien!


Y es por esto que el perdón es un hábito, porque no se trata de observar el presente una sola vez, se trata de reconocer que en nuestro presente somos los encargados de nuestras emociones, pensamientos y comportamientos, y que siempre podemos regresar a la pregunta, ¿De qué depende, justo en este momento, que me pueda sentir mejor y que pueda tener pensamientos positivos?



El perdón y la reconciliación no son lo mismo.


Al ser el perdón un proceso interno con nosotros mismos, debemos ser consientes que el perdón no es algo que se pueda entregar ni exigir. Desde la mirada del agresor (si llegase a ser el caso en el que se genere contacto con la persona afectada), se pueden pedir disculpas, demostrar arrepentimiento, buscar la manera de reparar los daños causados, e incluso, puede prometer que no volverá a ocurrir, pero esto no significa que la persona afectada lo haya perdonado, nuevamente, porque el perdón es un proceso interno, que depende de cambiar la manera en que permitimos que el pasado altere nuestro presente, de permitirnos o no mantener pensamientos y emociones negativas contra el agresor, o contra la historia o la situación que deseamos que no hubiese sucedido o que hubiese sucedido de otra manera.


La reconciliación, por otra parte requiere de otras medidas tanto por la parte afectada como por el transgresor. A diferencia del perdón, la reconciliación no se trata de hacer las pases con las partes de la vida que no resultaron como queríamos, lo que requiere un proceso de introspección y de aprender a cambiar la narrativa que le damos a nuestro pasado, sino que requiere de hacer las pases entre el transgresor y la parte afectada.

Puede existir perdón sin reconciliación, como también, puede existir reconciliación sin perdón aunque en este sentido es más difícil que sea genuino. Veamos un ejemplo: imagina que hace dos años un familiar o un amigo cercano te ha estafado, y ha robado tus ahorros. Tu, como persona afectada puedes tomar varios caminos con respecto al perdón y la reconciliación.

  1. Por una lado puedes no perdonar, es decir, que sigues manteniendo el dolor, la amargura y el enojo de la situación pasada en tu presente. Y que no estas dispuesto o dispuesta a cambiar los pensamientos, sentimientos y conductas negativas que mantienes contra esta persona que te ha afectado. Al mismo tiempo puedes decidir no reconciliarte con esta persona, lo que implica no tener una relación o vínculo, ni pretendes mantener algún tipo de cercanía con la vida del transgresor. También, no tener una reconciliación implica que no has aceptado cualquier intención de disculpas, como tampoco de arrepentimiento ni reparación.

  2. Puedes aceptar perdonar, que quiere decir que haces las pases con las partes de tu vida que no sucedieron como hubieses querido, y al mismo tiempo puedes no estar dispuesto a reconciliarte con el transgresor. Lo que esto quiere decir, es que estas dispuesto a seguir adelante con tu presente y aprender a disfrutarlo tal como es, pero esto no implica que quieras tener alguna relación o vínculo con el transgresor, ni que quieras aceptar sus disculpas, arrepentimiento o reparación.

  3. Puedes no perdonar y mantener la historia de agravio en tu presente, y a la vez buscar reconciliarte con la parte que te hirió. Sin embargo, esta reconciliación, como una manera de mantener una relación o vínculo con el transgresor no va a ser una relación completamente sana y constructiva, debido a que sigues manteniendo pensamientos y sentimientos negativos hacia esta persona. Este tipo de reconciliación sin perdón, puede desencadenar nuevos comportamientos negativos entre las partes en cualquier momento, incluso agravando aún más estas sensaciones y pensamientos, en otras palabras, se desarrolla una falsa reconciliación.

  4. Puedes tanto perdonar, que recuerda que es contigo mismo y con tu presente, y puedes reconciliarte con la persona que te hirió.

Cada una de estas cuatro opciones, nos abren la posibilidad de vivir de diferente manera con nosotros mismos y con la persona que nos afectó. En la opción 1 decidimos mantener nuestra historia de agravio y dejar que esta nos afecte. En la opción 3 se mantiene una relación con el transgresor, que aparentemente puede parecer que está bien, pero que preserva pensamientos y emociones negativas. y en las opciones 2 y 4 el perdón permite seguir adelante y aprender a vivir y aceptar nuestra realidad.



El perdón no implica dejar de buscar justicia.


Un paso importante para perdonar es aprender a ver los acontecimientos no como una situación personal, sino como situaciones que les pasa a muchas personas todos los días. Es entendible que esto es difícil de asimilar, debido a que la agresión si ha tenido unas consecuencias personales, pero cuando logramos entender que las cosas pasan, y por lo general a muchas personas, comprendemos que es una situación que es más grande que el evento o situación que nos causó daño. El perdón tampoco se trata de olvidar la agresión. El objetivo es perdonar y a la vez aprender a recordar de una manera diferente, se trata de cambiar la manera en la que te cuentas las cosas y construyes la narrativa de la situación que generó la agresión.


Por otra parte, el perdón no significa que debas tolerar el mal comportamiento; robos ocurren todos los días, y no es algo personal, no es contra ti, sin embargo, esto no significa que debas tolerar este tipo de conductas que hacen mucho daño. Aunque hayamos perdonado, siempre podemos decidir no tolerar comportamientos no éticos, y buscar la manera de apartar estas fuentes de daño de nuestra vida.


Asimismo, el perdón no significa que no puedas buscar justicia, reparación y no repetición. ¡Claro que lo puedes buscar! el hecho que hayas aprendido a vivir con tranquilidad en tu presente y que hayas logrado cambiar la manera en la que te cuentas la historia de agresión no quiere decir que debas dejar que no exista justicia y reparación por los daños ocasionados. Si regresamos al ejemplo del amigo o familiar que robó tus ahorros, y lograste seguir adelante, lograste perdonar la situación y cambiar tus pensamientos, sentimientos y conductas negativas contra el agresor por otros positivos, aún puedes exigir que el agresor tenga un proceso judicial, y que los daños ocasionados sean reparados en la mayor y mejor medida de lo posible. Igualmente, puedes exigir y procurar por todos los medios éticos que no se vuelva a repetir, que el agresor no siga teniendo poder para hacerte daño.


 

¿Por qué necesitamos perdonar?


"Es muy difícil ser feliz cuando estás amargado" (Luskin F 2020). También, es importante que el perdón ayude a que estas emociones negativas frenen con nosotros, no necesitamos que sigan afectando a otros en cadena. Es momento de dejar de culpar al transgresor por la manera en la que te sientes, debido a que tienes la posibilidad de cambiar esta situación.

Siempre recuerda que puedes volver a respirar profundo, sentir tu cuerpo y mirar a tu alrededor, y después preguntarte ¿De qué depende, justo en este momento, que me pueda sentir mejor y que pueda tener pensamientos positivos?


Autor: Santiago Restrepo Barrera

Referencias


Enright & Coyle, (1998). Researching the process model of forgiveness with psychological interventions. In E.L. Worthington (Ed.), Dimensions of forgiveness (pp. 139–161). Radnor, PA: Templeton Foundation Press.


Alex H. S. Harris, Luskink. F (2006). Effects of a Group Forgiveness Intervention on Forgiveness, Perceived Stress, and Trait-Anger. JOURNAL OF CLINICAL PSYCHOLOGY, Vol. 62(6), 715–733.

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